Cuando probamos un vino de Can Vidalet nos trasladamos a un ambiente costero, con características marinas y toques minerales.
¿A qué se debe este conjunto de características que nos transmite un solo sorbo?
La respuesta es muy extensa, pero la podemos resumir en una sola palabra: terroir.
¿Qué es el Terroir?
Cuando leemos u oímos este término podemos caer en el error de pensar en tierra o terreno, pero lo cierto es que lo podemos relacionar con el entorno.
De origen francés, el terroir es el conjunto de características geológicas, geográficas, biológicas y climatológicas que definen un entorno, donde se desarrolla una actividad agrícola, en nuestro caso la vitivinícola.
Os presentamos el terroir de Can Vidalet, que determina las características únicas que definen nuestros vinos:
- Características geográficas:
Nuestra viña se encuentra en Mallorca, concretamente en Pollença, una localización elegida por los antiguos romanos en el siglo 123 A.C, por el microclima que existe.
Además en Can Vidalet tenemos el placer de tener la Bahía de Pollença al lado, provocando salinidad y fenómenos climatológicos que desarrollan procesos y sabores únicos a nuestros productos.
La bahía de Pollença no es el único accidente geográfico que tenemos al lado, ya que nuestra viña está regentada por el Puig de María. Se trata de un monte de 330 metros de altura que nos regala amaneceres y atardeceres únicos, junto a olores y biodiversidad característicos de la montaña.
- Geología
El suelo de la vid es un componente imprescindible que compone el vino. Los diferentes materiales que lo integran aportan diferentes aromas y sabores en forma de recuerdos que vienen a nuestra mente.
En Can Vidalet tenemos una tipología de suelo: arcilloso-calcáreo. Esta característica aporta mineralidad y elegancia a nuestros vinos.
La roca calcárea es uno de los minerales más predominantes en Mallorca. Este material es capaz de almacenar el calor durante el día y transmitirlo a la vid por las noches. Además, al ser un material pobre, exime a la vid de profundizar sus raíces, aportando humedad. Podemos afirmar que esta clase de roca es un material regulador para nuestra vid.
Un vino de nuestra gama influenciado por esta tipología de suelo es Ses Pedres.
Al tener una alta permeabilidad, los suelos arcillosos retienen los nutrientes y el agua de una manera óptima. Este hecho provoca la mineralidad anteriormente mencionada, junto a una elegancia y finura presentes en el vino.
Dos de nuestros vinos más conocidos están influenciados por esta tipología de suelo: So del Xiprer y Terra Fusca.
- Clima
El clima que tenemos en Can Vidalet es el clima mediterráneo, el cual está influenciado por la bahía de Pollença, provocando un microclima.
El clima es definido por unos veranos cálidos, húmedos y secos, lo cual a veces provoca un adelanto en todos los procesos de viña. Al tener la bahía de Pollensa a nuestra vera, en verano tenemos el viento de s’Embat, una marinada, aportando toques marineros a nuestro vino.
Los inviernos son fríos y ventosos. Provocando un cuidado intensivo de la vid. Otro factor importante que es característico del clima, es la humedad. La humedad provoca un mayor riesgo a la hora del desarrollo de diferentes hongos u enfermedades. Por ello en Can Vidalet estamos preparados para prevenir y combatir estas adversidades, con tratamientos 100% ecológicos.
- Biodiversidad
La biodiversidad que tenemos en Can Vidalet es definida por nuestra localización. En nuestro caso, tanto las especies vegetales como animales que tenemos en viña, son especies típicamente mediterráneas, donde existen muchos endemismos de una gran diversidad.
Si indagamos en nuestra flora arvense, las más frecuentes que encontramos en Can Vidalet son el Hinojo silvestre (Foeniculum vulgare), la Amapola (Papaver rhoeas) y la Camamilla de muntanya (Santolina dramaecyparissus). A su vera, también encontramos cereales silvestres como: la Avena loca (Avena fatua) y el Trigo silvestre (Triticum aestivum). Si queremos destacar una planta endémica podemos ver entre la flora, el Túrbit (Coristosperum huteri).
Esta flora arvense provoca una biodiversidad en nuestras vides, creando un ecosistema donde conviven microorganismos e insectos, que mantienen la tierra viva, evitando su erosión y controlando las plagas.
En definitiva, si afirmábamos que el “influencer” del vino era el suelo, el terroir son todas las influencias en conjunto, intrínsecas de un lugar, que provocan que cada vino sea único y especial.
Siente nuestro terroir a través de nuestros vinos:
