El ¨espontáneo¨ de la vid. - Can Vidalet

El ¨espontáneo¨ de la vid.

Cómo hemos explicado en anteriores entradas de blog, la vid vive en un ciclo sin fin. Durante esta rueda pasa por muchas fases, la que sucede en los meses primaverales es: la floración. Es decir, nuestra vid florece y nos indica el volumen y momento de la vendimia. 

Pero no solamente vemos flores en nuestras cepas, sino que con la subida de las temperaturas podemos observar flora arvense creciendo de manera espontánea en la viña. 

La flora arvense, es comúnmente llamada ¨mala hierba¨, son plantas silvestres que crecen sin pedir permiso en los campos y terrenos. Estas plantas tienen la mala fama de ser perjudiciales y dañinas, de ahí su nombre coloquial. 

Para nuestra bodega, es todo lo contrario. Su aparición forma parte de nuestro ciclo y además de indicarnos el comienzo de la primavera, nos regala un paisaje único, donde los colores, la vida y los microclimas son los protagonistas. 

Las plantas silvestres más comunes en Mallorca son especies típicamente mediterráneas, donde existen muchos endemismos de una gran diversidad, destacando las orquídeas con una treintena de especies. 

Las más frecuentes que encontramos en Can Vidalet son el Hinojo silvestre (Foeniculum vulgare), la Amapola (Papaver rhoeas) y la Camamilla de muntanya (Santolina dramaecyparissus). A su vera, también encontramos cereales silvestres como: la Avena loca (Avena fatua) y el Trigo silvestre (Triticum aestivum). Si queremos destacar una planta endémica podemos ver entre la flora, el Túrbit (Coristosperum huteri). 

Por otra parte, en nuestras vides también encontramos plantas arbustivas, que se encuentran en los muros de piedra, denominados localmente como: mergers. Destaca la Rosa squarrosa (Boreau) con su aroma peculiar y el Thymus Richardii subsp. richardii. 

Este proceso espontáneo de la vid, en Can Vidalet, es tratado con procesos naturales y respetuosos. Nuestra filosofía es preservar las propiedades que la propia naturaleza produce, así como producir nuestro vino respetando ésta, haciéndolo único. 

Es por ello que podemos ver la flora arvense entre nuestras cepas. 

La propiedad principal que aporta, es la biodiversidad que genera, creando un ecosistema donde conviven microorganismos e insectos, que mantienen la tierra viva, evitando su erosión y controlando las plagas

Asimismo sirven para el compostaje y coberturas del cultivo. Aportando ácidos orgánicos, sales minerales y enzimas, las cuales destacan en sus propiedades. 

Todos estos beneficios son observados y controlados para conseguir el equilibrio más óptimo. 

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