Las variedades de uva autóctonas de Mallorca y su historia | Can Vidalet

Variedades de uva autóctonas de Mallorca; un paseo por la historia

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Es bien sabido que la relación entre el vino y Mallorca viene de lejos, concretamente desde antes del siglo V aC, momento del que existen pruebas de su consumo entre la población mallorquina. En lo que se refiere a la introducción de las viñas, en cambio, se establece un punto de origen claro, y es la llegada del Quinto Cecilio Metelo en el año 123 aC, del que hablaremos en otro momento y que da nombre a algunos de los vinos más exclusivos en las Bodegas Can Vidalet.

Tal era la importancia que cobró la actividad vitivinícola de Mallorca que, en la enciclopedia del vino más antigua (Naturalis Historia) y referente en los siguientes siglos, escrita por procurador romano Plini el Viejo en el año 77 aC, se refiere a los vinos de las Islas Baleares como aquellos que “pueden competir con los mejores vinos de Italia”, con toda la importancia que tenía dentro del Imperio Romano. Esa actividad se ha mantenido de forma ininterrumpida desde entonces, superando incluso la época de conquista islámica entre el año 902 y 1229, momento en el que se consiguió superar las limitaciones establecidas por la cultura defendiendo un estilo de vida que databa de muchos siglos atrás.

 

Los primeros estudios de la uva autóctona de Mallorca

A pesar de que diferentes estudios (Despuig, 1785) detallan tanto los trabajos relacionados con la vid como con la producción de diferentes variedades de uva, en especial en las regiones de Binissalem, Santa María y Banyalbufar, no es hasta finales del siglo XIX cuando el archiduque Lluis Salvador de Austria describe las variedades de uva en Mallorca y su distinción en el uso, ya fuera como fruta o para la vinificación. Su trabajo se complementa con el de la Memoria sobre el estado de la agricultura, del año 1876, momento en el que se estima que más de 19 mil hectáreas y hasta 45 variedades de uva se producían en su tiempo en Mallorca. Entre las variedades más destacadas encontramos las variedades Giró, Gargollasa, Fogonéu, Escursach y Valent negre en la variedad negra y Prensal Blanch, Moscatell, Malvasía, Valent blanch y Vinater en la variedad blanca. Paradójicamente, las variedades Manto negro y Callet, en la actualidad las más utilizadas, no aparecen por primera vez hasta informes que datan del 1892, aunque se expande su uso rápidamente a causa de su buen comportamiento en las condiciones climáticas de la isla, la producción generosa y, en mayor medida, por su resistencia a la filoxera.

Y es que la aparición y proliferación de la filoxera por todo Europa a finales del siglo XIX priorizó el uso de unas variedades de uva respecto a otras más resistentes. En algunas zonas en las que, a finales del siglo XIX, dominaban algunas variedades, se produjo una transformación tras la invasión filoxera, estableciéndose otras variedades como Ciusant, Callet, Manto negro o Batista, todas en mucho menor medida ya que la enfermedad había causado estragos en la producción vinícola de la isla, tal y como sucedió en el resto de Europa.

A mediados del siglo XX, con la proliferación del turismo en Mallorca, la industria vitivinícola sufrió un descenso en su producción. A partir de los años 90, una serie de inversores locales y extranjeros decidieron apostar por el vino de Mallorca para potenciar la cultura autóctona y reforzar el sentimiento arraigado a un producto que fue tan importante en el pasado. A raíz de ello, se abrieron bodegas que quisieron impulsar la calidad del vino local, priorizando las variedades autóctonas sobre el resto. En la actualidad, la mayor parte de las casi 2.000 hectáreas de viñedos de la isla son de uva de la variedad Callet, Manto negro, de uva blanca.

 

Can Vidalet apuesta por la variedad autóctona

En nuestros días, existe un auge en el número de bodegas en la isla de Mallorca debido a la gran demanda de vinos de calidad tanto en el mercado nacional como extranjero. Pero, dentro un trabajo artesanal que se adapta al maravilloso entorno geográfico del norte de Mallorca, la bodega de Can Vidalet realiza un trabajo enfocado a recuperar el patrimonio vitivinícola e histórico de la isla de Mallorca. Su compromiso hace que hasta un 40% de su producción sea con uva autóctona y ponga en el mercado vinos que son como el Blanc de Blancs y Blanc de Negres, elaborados con un 50% de uva autóctona, o Barros de Cecili, elaborado con el 100% de uva autóctona, después de su proceso de reposo en su bodega de piedra localizada bajo tierra.

El ejercicio de responsabilidad de Can Vidalet con su tierra va más allá y es un proceso a largo plazo con una finalidad clara: recuperar el patrimonio vitivinícola de la isla de Mallorca desde la humildad y el trabajo. Para conseguirlo, se está trabajando para recuperar diferentes variedades autóctonas, algunas de ellas desaparecidas o que fueron abandonadas en el pasado. Las variedades de uva tinta Gorgollassa, Manto negro, Escursac, Giró negre y Callet y de uva blanca Prensal, Giró ros, Malvasía, Valent blanc y Vinater blanc tienen su representación en un museo encaminado a recuperar los aromas y sabores de unas variedades que fueron desapareciendo de los viñedos de Mallorca por diversas circunstancias. ¡No pierda la oportunidad de observar el laborioso trabajo de recuperación de las variedades de uva autóctonas de Mallorca mientras degusta una selección de los mejores vinos de la bodega acompañados de embutidos locales!