El año 123 a.C. sirve como referente para situar la decisión por parte del Senado romano de intervenir sobre las Baleares, en un momento histórico en el sucedían multitud de cambios en la República y se producía una lucha constante de poder entre las famílias más poderosas mientras se expendía el Imperio a nuevos territorios. Esta decisión se entiende a raíz de la consquista de ciudades en la Península Ibérica el año 179 a.C, y la necesidad de disponer de localizaciones que facilitaran el control sobre un nuevo territorio, cada vez más grande.
La conquista por parte del recién cónsul Cecilio Metelo se justificó por la aparición de numerosos piratas que se habían establecido en la isla de Mallorca y que atacaban consistentemente a los navíos romanos, causando un gran perjuicio. Además, estratégicamente, se quería aumentar su ejército con unos de los soldados más valorados de la época; los honderos. Una suerte de intencionalidades que llevó al Imperio Romano a querer conquistar Mallorca y que, a la postre, sería la introducción de la producción del vino en la isla.
Cecilio Metelo, conquistador de Mallorca
La intervención de Cecilio Metelo en Mallorca desembocó en la creación de dos ciudades; Palma y Pollentia, fundadas directamente por el Quinto que deseaba crear emplazamientos que pudieran tanto controlar la parte oeste como este de la isla. Esta iniciativa implantó un nuevo poder político y estableció el punto de partida de la Edad del Hierro a la Era Clásica, por el llamado “proceso de romanización“. Aún así, las raíces locales no dejaron de estar presentes en la isla, sobre todo en el uso de edificaciones prerromanas, que siguieron siendo predominantes muchos años después, conservando parte de la cultura propia.
La conquista, considerada un éxito por parte del Senado romano, brindó la posibilidad de crear un gobierno que pudo mantener la ley y el orden por la vía del derecho, haciendo que el territorio prosperara en todos los ámbitos en Mallorca e introduciendo la tecnología y el conocimiento de la producción de vino, tal y como se había hecho en otros territorios del Imperio. La viticultura fue uno de los múltiples beneficios asociados a la conquista romana de Mallorca, por la que Cecilio Metelo fue considerado con todos los honores en Roma, y por el que recibió el título de Balearico.
Can Vidalet y su relación con Cecilio Metelo
La figura de Cecilio Metelo fue vital para el desarrollo económico y social de Mallorca y representó un antes y después en el papel que cumplía la isla en el Mediterráneo. En Palma, por ejemplo, podemos pasear por una calle que lleva su nombre cerca del centro de la ciudad, testigo de innumerables historias que han ayudado a formar una ciudad que homenajea su pasado romano.
En Bodegas Can Vidalet somos conocedores de que la historia forma parte de nuestro presente y hemos dedicado una entera gama de vinos de edición limitada a Cecili Metelo, en una producción que no supera las mil botellas por vino. Cada vino homenajea al Quinto romano difundiendo su nombre, como en Port de Cecili, Dolç de Cecili o Barros de Cecili. A esta gama se le incorporan dos novedades; el Ancestral de Cecili blanco, conseguido con un 100% de uva Premsal, y el Ancestral de Cecili rosado, creado íntegramente a partir de uva Gorgollassa. La incorporación de estos dos espumosos, elaborados a partir del método ancestral; mediante una única fermentación en botella, sin añadir levaduras, azúcares o sulfitos y en un proceso 100% natural, quiere brindarle la importancia merecida a una figura vital de Mallorca y al introductor de la cultura vitivinícola de la isla, Cecilio Metelo el balearico.